Con la llegada del otoño, apetece cubrir los fríos suelos de nuestras casas con alfombras que dan más calidez a las habitaciones. Si no te apetece utilizar las clásicas alfombras de lana, nuevos materiales naturales están a tu disposición.
Cada vez son más usuales y permiten ser más utilizados en zonas de mucho tránsito. Proceden de plantas (yute, coco, sisal… incluso de algas.) de las que se extraen hilos y son sometidas a un proceso de blanqueado y tinte. Después estos hilos se tejen en telares. Son muy económicas, adaptables, aislantes y frescas, y además, contribuyen a equilibrar la humedad ambiental.
Alguno de los inconvenientes, es que la mayoría son muy delicadas, tienen escasa tolerancia al agua y al roce, aunque pueden recibir tratamientos protectores.
Has de tener en cuenta que cuanto mas tupido sea el material, mas resistencia tendrá, y has de fijarte también en el acabado de su cenefa y los remates. Si la alfombra tiene una superficie irregular y desigual, no será de calidad. Y en zonas de paso, se han de elegir tramas mas compactas.
El sisal, procedente de las hojas del Agave sisalana, es una fibra muy resistente y flexible, que hay que tratar contra las manchas y que esta trenzado de forma fina y da un aspecto brillante.
El yute es original del Ganges, y se ha extendido por climas similares en Brasil y Perú. Sus hilos son tan suaves que pueden confundirse con la lana. Es bellísimo, pero muy delicado, así que se recomienda para zonas poco transitadas. Es una fibra muy fácil de teñir, así que se puede encontrar en gran variedad de tonos y colores.
El coco, procedente de palmas, la fibra se obtiene enriando las cáscaras verdes en agua salada. Es muy resistente a la humedad y al desgaste. Más áspera que el sisal, es muy recomendable para zonas de paso debido a su resistencia.
El tatami japonés. La tradicional estera esta formada por una primera capa de bambú que recubre una espesa capa de paja. Es un perfecto aislante térmico, aunque se ensucia con bastante facilidad.
Estas son algunas de las infinitas posibilidades que puedes optar si quieres cubrir tus suelos con fibras vegetales. El mantenimiento no es difícil, consiste en pasar regularmente el aspirador a potencia media-fuerte. Las manchas tienen el problema de la permeabilidad en este tipo de fibras, deben secarse al aire libre y evitar la luz directa del sol.
Cada vez son más usuales y permiten ser más utilizados en zonas de mucho tránsito. Proceden de plantas (yute, coco, sisal… incluso de algas.) de las que se extraen hilos y son sometidas a un proceso de blanqueado y tinte. Después estos hilos se tejen en telares. Son muy económicas, adaptables, aislantes y frescas, y además, contribuyen a equilibrar la humedad ambiental.
Alguno de los inconvenientes, es que la mayoría son muy delicadas, tienen escasa tolerancia al agua y al roce, aunque pueden recibir tratamientos protectores.
Has de tener en cuenta que cuanto mas tupido sea el material, mas resistencia tendrá, y has de fijarte también en el acabado de su cenefa y los remates. Si la alfombra tiene una superficie irregular y desigual, no será de calidad. Y en zonas de paso, se han de elegir tramas mas compactas.
El sisal, procedente de las hojas del Agave sisalana, es una fibra muy resistente y flexible, que hay que tratar contra las manchas y que esta trenzado de forma fina y da un aspecto brillante.
El yute es original del Ganges, y se ha extendido por climas similares en Brasil y Perú. Sus hilos son tan suaves que pueden confundirse con la lana. Es bellísimo, pero muy delicado, así que se recomienda para zonas poco transitadas. Es una fibra muy fácil de teñir, así que se puede encontrar en gran variedad de tonos y colores.
El coco, procedente de palmas, la fibra se obtiene enriando las cáscaras verdes en agua salada. Es muy resistente a la humedad y al desgaste. Más áspera que el sisal, es muy recomendable para zonas de paso debido a su resistencia.
El tatami japonés. La tradicional estera esta formada por una primera capa de bambú que recubre una espesa capa de paja. Es un perfecto aislante térmico, aunque se ensucia con bastante facilidad.
Estas son algunas de las infinitas posibilidades que puedes optar si quieres cubrir tus suelos con fibras vegetales. El mantenimiento no es difícil, consiste en pasar regularmente el aspirador a potencia media-fuerte. Las manchas tienen el problema de la permeabilidad en este tipo de fibras, deben secarse al aire libre y evitar la luz directa del sol.
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