La luz es una varita mágica que lo transforma todo. Con estas propuestas te enseñamos a elegir y colocar lámparas, crear efectos, realzar cuadros, muebles, elementos arquitectónicos… y a la vez, dar calidez y estilo a cada rincón de tu casa.
Las lámparas son una de las fulgurantes estrellas de la decoración actual y las grandes compañías y los diseñadores del sector se ponen de acuerdo para sorprendernos con los nuevos modelos. Pero a la vez es el momento de las arañas antiguas, de los apliques labrados…
Y la tecnología también avanza mejorando sus objetivos y aportando propuestas que enriquecen los proyectos del interiorismo: reguladores de intensidad lumínica o minúsculos LED que permiten jugar con colores y paneles; el efecto une más que nunca estética y función.
Ubicación perfecta
Si te decides por un modelo con mucho peso decorativo, debes tener en cuenta la altura del techo y las dimensiones de la estancia.
Mezcla compensada
Una araña antigua por ejemplo, se merece un lugar de honor. Lo mejor, contrastarla con elementos decorativos muy modernos.
Empotradas o modulares
Son las luces perfectas si te falta el espacio. Sacar partido a cada metro con instalaciones y conductos bajo el techo.
Crea un punto de interés
Una columna, una hornacina… Ilumina cualquier elemento arquitectónico para resaltarlo. Adquirirá interés y dará siempre un excelente resultado.
Apoyos puntuales
Por ejemplo en una biblioteca para iluminarla y a la vez resaltarla. Son un truco estupendo y además muy decorativo.
Luces de colores
Por ejemplo, en el baño, son un elemento decorativo muy vanguardista. Se trata de una luz funcional que puedes variar a tu antojo.
Lo mas “in”
Apuesta por la mezcla: Líneas clásicas y diseños actuales. Luces puntuales con indirectas.
Añade un toque fabril: Con pantallas metálicas como las que iluminaban los antiguos talleres, con grandes flexos de oficina o dejando parte de la instalación al aire.
Sé ecológica: Con los LED, obtendrás una buena calidad de luz y apenas consumen, podrás ahorrar hasta un 40 % de gasto energía.
Las lámparas son una de las fulgurantes estrellas de la decoración actual y las grandes compañías y los diseñadores del sector se ponen de acuerdo para sorprendernos con los nuevos modelos. Pero a la vez es el momento de las arañas antiguas, de los apliques labrados…
Y la tecnología también avanza mejorando sus objetivos y aportando propuestas que enriquecen los proyectos del interiorismo: reguladores de intensidad lumínica o minúsculos LED que permiten jugar con colores y paneles; el efecto une más que nunca estética y función.
Ubicación perfecta
Si te decides por un modelo con mucho peso decorativo, debes tener en cuenta la altura del techo y las dimensiones de la estancia.
Mezcla compensada
Una araña antigua por ejemplo, se merece un lugar de honor. Lo mejor, contrastarla con elementos decorativos muy modernos.
Empotradas o modulares
Son las luces perfectas si te falta el espacio. Sacar partido a cada metro con instalaciones y conductos bajo el techo.
Crea un punto de interés
Una columna, una hornacina… Ilumina cualquier elemento arquitectónico para resaltarlo. Adquirirá interés y dará siempre un excelente resultado.
Apoyos puntuales
Por ejemplo en una biblioteca para iluminarla y a la vez resaltarla. Son un truco estupendo y además muy decorativo.
Luces de colores
Por ejemplo, en el baño, son un elemento decorativo muy vanguardista. Se trata de una luz funcional que puedes variar a tu antojo.
Lo mas “in”
Apuesta por la mezcla: Líneas clásicas y diseños actuales. Luces puntuales con indirectas.
Añade un toque fabril: Con pantallas metálicas como las que iluminaban los antiguos talleres, con grandes flexos de oficina o dejando parte de la instalación al aire.
Sé ecológica: Con los LED, obtendrás una buena calidad de luz y apenas consumen, podrás ahorrar hasta un 40 % de gasto energía.
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