Las gotas de agua sobre las hojas funcionan al sol como un vidrio y
las queman. Además, si se riega al mediodía, es posible que se evapore
el 90 por ciento del agua poco después. Por la mañana, en cambio, apenas
se pierde entre el 25 y el 30 por ciento del agua de riego.
¿Cómo hacerlo bien? Los que aman la jardinería deberían levantarse
muy temprano, ya que la mejor hora para regar es entre las tres y las
cuatro de la madrugada, cuando el suelo alcanza su temperatura mínima.
Por supuesto, también se puede regar unas horas más tarde.
¿Y por la noche? Al final del día, el suelo suele tener aún una
temperatura elevada, por lo que sigue evaporando el agua. Lo peor es que
el agua tarda más en secarse, lo que favorece el crecimiento de hongos y
atrae caracoles.
Hay además algunos tips que se pueden seguir: para que el agua se
escurra a las capas inferiores del suelo y llegue a las raíces, se puede
remover un poco la tierra después del riego. Esto elimina los espacios
huecos y permite que el agua se escurra hasta el fondo. También se
pueden colocar mantillos de agujas de pino o astillas de madera sobre el
césped para evitar que el agua se condense.
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