Popeye nos convenció de que están cargadas de hierro. Es verdad, aunque
no tanto como se creía: poseen 4,1 mg/100 g. Pero también contienen
oxalatos, que reducen su absorción. ¿La solución? Cuece las espinacas
por separado y elimina el agua, donde se habrá disuelto gran parte de
los oxalatos.