Algunas personas se obsesionan tanto con la comida que hacen de ella un
verdadero "arte de no saber qué comer". Existen unas cuantas ideas sencillas
para mejorar nuestra alimentación.
Es recomendable es la ovo-lacto-vegetariana. Pero algunas personas, debido a
su estructura o metabolismo, necesitan tomar carnes o/y pescado.
Si está acostumbrada a tomar carnes y pescados la transición puede hacerse
del modo siguiente:
Primero el orden de los alimentos conviene que sea el siguiente. Empezar con los crudos (ensaladas o frutas por ejemplo) que puede variarse cada día, según gustos. A continuación tomar los alimentos cocinados del tipo de las verduras, que pueden ir solas o combinadas con cereales, procurando en este caso que sean integrales ya que son más ricos en hierro, (arroz, trigo, mijo, etc.).
El plato de cereales puede ser sustituido algunos días por carne(pollo) o
pescado (si no se es vegetariano) procurando no tomar de estos alimentos más de
dos o tres veces en semana y no en la misma comida o día. También pueden
utilizarse huevos, 2-3 a la semana como máximo. Finalmente pueden tomarse
manzanas, peras o bien un postre lácteo del tipo del queso fresco, yogur,
cuajada, etc.
Es conveniente tomar las frutas a media mañana o media tarde, o bien en el
desayuno o como cena.
Son alimentos recomendables las frutas frescas,
verduras y hortalizas crudas, cereales integrales, aceite de primera extracción
en frío, derivados lácteos acidificados (yogur, kefir), y en general todos
aquellos que puedan ser consumidos con el mínimo de manipulaciones industriales
o culinarias. Sería muy aconsejable que los alimentos anteriormente señalados
fueran de origen BIOLÓGICO (cultivados de modo natural sin utilizar productos
químicos).
Es muy importante tomar una buena cantidad de alimentos crudos y frescos cada
día.
No debemos olvidar el agua. Tomaremos un total de 1-1'5 litros al día de
buena calidad.
Son alimentos que debemos EVITAR los enlatados, los de sobres, los que
contienen numerosos aditivos, embutidos, azúcar blanco, alimentos refinados o
muy procesados, grasas animales, exceso de fritos, alcohol y derivados,
excitantes y en general todos aquellos que han sufrido numerosos procesos
industriales o culinarios antes de llegar a la mesa (alimentos muy procesados).
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